Todos recordamos el recreo como ese momento en el que desconectábamos de las clases, comíamos, jugábamos, hablábamos con nuestros compañeros...
El recreo, además de ser un momento de ocio, es importante para el desarrollo de todos los chicos y chicas. Es el momento en el que ponen en práctica las habilidades sociales, aprenden a respetar turnos, compartir, jugar en grupo, resolver conflictos, ganar y también perder...
Además, en el recreo, interaccionan con sus compañeros libremente sin la supervisión directa de una persona adulta, contribuyendo así a su socialización y desarrollan la imaginación: inventan juegos, reglas, desempeñan distintos papeles...
Por otro lado, les aporta un rato de "movimiento" asegurado al día, con los beneficios que eso conlleva para su salud, ya que desarrollan actividades motoras y físicas, deportes en grupo, etc...
Todo ello, les permite aprender conocimientos y destrezas que no se encuentran en los libros y que no por eso son menos importantes.
Además, es una gran oportunidad para obtener, por parte de los profesionales, información sobre su evolución y detectar problemas, necesidades, habilidades que necesitan desarrollar o mejorar, etc. que nos ayudarán a encaminar su educación, ayudándoles y dándoles las herramientas necesarias para resolver determinadas situaciones.
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